La gamificación puede utilizarse en diversos contextos: de forma interna para los trabajadores de tu empresa o de forma externa para los consumidores de tus productos o servicios. Pero en cualquier caso, las plataformas de gamificación tienen siempre el mismo objetivo: la motivación de los jugadores, ya sean empleados o clientes finales, para que realicen tareas que, por lo general, no suelen hacer. Como, por ejemplo, suscribirse a programas de formación o que se impliquen en ampliar la fuerza de ventas, por ejemplo.
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